Tenía muchas ganas de ver la colección que el famoso museo de El Hermitage de San Petersburgo había cedido al Prado. Con bastante antelación, tuve que someterme a la burocracia de la cita previa para poder optar a ver dicha colección. Después de tanta expectativa, el resultado fue un poco decepcionante pues salvo la sala de joyas (no esperen ver ninguno de los famoso huevos Fabergé) y algunos cuadros como: "San Sebastián" de Tiziano Vecellio, 1576, con su técnica aparentemente incabada o el otro "San Sebastián curado por las santas mujeres", 1628, de Ribera. También me ha gustado el "Retrato de un estudioso", 1631, de Rembrandt, "La visita a la abuela", en un tono más satírico, realizado en 1645 por Le Nain, junto con el famoso "El estanque de Montgeron", pintado en 1876 por Monet; "El beso de la Esfinge", cuadro impactante a carboncillo, clairón y pastel de Stuck, pintado en 1895 o el desconocido (al menos para mí) "Niño con un perro" de Picasso, pintado en 1905 o "Bodegón metafísico" de Mornadi, 1918 y, la criticable pero única "Composición VI" de Kandinsky, 1913, inspirada en el diluvio universal; no deslumbra como esperaba.

Cuadro "El beso de la Esfinge" de Stuck.